¿Acaso esperaba un milagro?
Por: Domani Comunicador
En el 2012, el presidente de Hungría, Pál Schmitt, renunció a su cargo por el escándalo producido debido al plagio de su tesis doctoral, denunciado por la universidad de Semmelweis, en Budapest. "“El jefe del Estado encarna la unidad de la nación. Por eso, en la situación actual, me siento obligado a entregar el mandato”, explicó. El proceso que culminó con la caída de Schmitt comenzó en enero de ese año, cuando la revista HVG aseguró, tras analizar su tesis doctoral, que fue copiada de diversas fuentes sin ofrecer las citaciones pertinentes.
Hoy, el vocero de la presidencia comenta, con magistral indiferencia, sobre el video tan pomposamente anunciado por Carmen Aristegui en las redes sociales: "Por lo visto errores de estilo como citas sin entrecomillar o falta de referencia a autores que incluyó en la bibliografía son, dos décadas y media después, materia de interés periodístico".
Después de enterarnos de los más graves excesos de un presidente, que pueden ser crímenes de estado, como miles de muertes injustificadas, desapariciones forzadas, fraudes multimillonarios, adquisiciones ilícitas de propiedades, incluso preferencias sexuales, ¿a quién le importaría saber que dicho personaje a sus veinticinco años… presentó una tesis fraudulenta para graduarse? ¿Cuántos profesionistas en este país no han hecho lo mismo, sin que nunca ningún periodista serio, ni siquiera la propia Carmen Aristegui, se haya ocupado de evidenciar, por ejemplo, cual es el índice de fraudulencia en las tesis a nivel nacional? ¿Y a quien le importaría?
La expectativa creada por el video publicitario de otro video (no fue programa en vivo) en las redes sociales sin duda fue de gran magnitud, debido a la imagen de periodista objetiva de Carmen Aristegui. Lamentablemente, el video promocional resulta más interesante comparado con el otro, donde supuestamente conoceríamos “el perfil verdadero” del presidente. ¿Es relevante ahora, cuando ya casi terminará el período presidencial, y después de conocer tantas pruebas de ineptitud, corrupción, complicidad, deshonestidad, dar a conocer un secreto de tan mínima importancia comparado con todos los demás que verdaderamente afectan a la sociedad en su conjunto?
El actual presidente antes fue gobernador, es decir, si la ética personal de un funcionario público es relevante para el desempeño de sus funciones, y si Carmen Aristegui ya era la periodista tan profesional y preocupada por estos asuntos, ¿Por qué entonces no se dedico a investigar los antecedentes del que primero debió ser candidato a gobernador? ¿En aquellos momentos no tenía cuentas personales que arreglar? ¿O era conveniente para Carmen guardar esa carta bajo la manga? ¿Verdaderamente no “había intuido”, como dice en el video, este asunto académico antes de que EPN fuera presidente?
¿En qué contribuye a darnos la imagen del “perfil verdadero” de alguien como EPN una tesis fraudulenta? La imagen que no sólo el país, sino el mundo entero, tiene de este personaje, ¿acaso el falsa? En ninguna balanza puede contraponerse una nimiedad estudiantil a los crímenes de estado, muertos, desaparecidos, torturados, encarcelados, lujosas propiedades adquiridas ilícitamente; los hechos de Nochixtlan, Ayotzinapa, Sn. Salvador Atenco, y todo lo que diariamente sucede en nuestro país.
En todo caso, a quien se le han descubierto secretos de extraordinaria importancia y además está decayendo en las preferencias de las encuestas, poco podrá afectarle un detalle tan pequeño de su pasado.
Al final del video promocional, Carmen Aristegui anima a sus seguidores a participar con sus opiniones en las redes sociales. Sin duda sabe que tal “reportaje” no causará la reacción esperada entre su público más entusiasta, pues también sabe, como comenta uno de ellos, que “los mexicanos hemos madurado y no debemos permitir que el populismo, la venganza y el resentimiento cambien a México…”
Carmen Aristegui no necesita esta clase de intentos por desprestigiar a alguien que no puede serlo más, pues corre el riesgo de evidenciar, en lugar de asuntos trascendentes para la sociedad, sus propios intereses personales, haciendo a un lado los profesionales.
Si esperaba que Peña Nieto renunciara por este "escándalo" como lo hizo en su momento el presidente de Hungría, no sólo se equivocó, sino que demuestra una ingenuidad absurda y un rencor en nada relacionado con el trabajo periodístico acostumbrado por ella y su equipo de trabajo.
¿Cómo pudo pensar que un personaje tan siniestro en la imaginación popular, señalado como responsable de toda clase de crímenes, incluso de traición a la patria por su reformas energéticas, sentiría un poco de vergüenza por su pequeño desliz académico y juvenil, hasta el grado de verse obligado a renunciar a la silla presidencial?
¿Renunciar a multimillonarias ganancias porque descubrimos los mexicanos que no entrecomillo las citas de su tesis universitaria?
A Carmen Aristegui se le olvidó considerar la idiosincracia del pueblo mexicano, acostumbrado a la "transa", al "moche", a la "mordida", etc. Sobre todo, ignoró que un pueblo cuya dignidad ha sido violada desde los tiempos de la conquista, no reaccionaría de la manera esperada por la importancia moral de un hecho como el fraude académico de un jovenzuelo.
Desde luego, ella como periodista y la gran dama que sin duda es, lo intuye muy bien, pero, el pueblo de México no ha de tener la moral intacta cuando sufre tantos atropellos cotidianos; tiene mayores problemas en mente cuando espera verdadera información relevante para poder destituir al tirano que la ultraja.
"Los Alumni UP exigimos se le retire el título a Peña Nieto", en la página https://www.change.org se muestra titular indignado dirigido al alma mater del susodicho personaje, "criatura de Televisa", según Carmen Aristegui. Aún cuando esta exigencia se realice, la universidad en cuestión conseguirá salvaguardar su prestigio, pero, nuevamente, la imagen del iletrado no sufrirá mayor deterioro del ya sufrido a lo largo de su mandato.
"Los Alumni UP exigimos se le retire el título a Peña Nieto", en la página https://www.change.org se muestra titular indignado dirigido al alma mater del susodicho personaje, "criatura de Televisa", según Carmen Aristegui. Aún cuando esta exigencia se realice, la universidad en cuestión conseguirá salvaguardar su prestigio, pero, nuevamente, la imagen del iletrado no sufrirá mayor deterioro del ya sufrido a lo largo de su mandato.
Carmen Aristegui dice que Televisa "deberá hacerse cargo de EPN" después del escándalo académico, pero, el mismo caso es este: a la empresa televisora no le hará más daño que al inculpado de plagio. Peor aún, la sociedad mexicana tampoco se hará cargo de la presente decadencia periodística de Aristegui, pues, si televisa creó la imagen del presidente, la sociedad creo la reputación bien ganada de la periodista. Reputación que arriesga con tal de dañar la de quien no puede ya ser más criticado por sus actos de gobierno y conducta personal.
Debe ser difícil sostener un equipo de trabajo profesional de periodistas, y más difícil financiar investigaciones de calidad como las que siempre nos ha compartido la Sra. Aristegui. Pero tratar de mantener el rating anunciando con excesiva publicidad contenidos cuya importancia es real pero cuya trascendencia es ínfima para solucionar problemas de la sociedad, es una idea no muy eficaz y hasta puede ser contraproducente. Incluso, seguir los trending topics de la red, presentando las fotos de un cantante semi desnudo posando con sus amigos en las vegas, para mantener entretenidos a sus seguidores es algo no muy adecuado para la imagen de la propia Carmen Aristegui; acostumbrados como estamos a sus reportajes de gran magnitud dedicados a descubrir los hechos verdaderamente influyentes en la vida de los mexicanos.
Con título o sin título, Enrique Peña Nieto no podrá ser más denostado. Menos podrá ser destituido, aún cuando el plagio sea un delito, aún cuando sin título no pueda ser presidente.
Con rating o sin rating, Carmen Aristegui no dejará de ser la gran periodista de siempre.
El milagro Húngaro no será realidad en México...
En cuanto a la reforma educativa, puesto que desde siempre se ha sospechado la poca capacidad intelectual del presidente, la comprobación actual no será determinante para la suspensión total de la iniciativa...
En cuanto a la reforma educativa, puesto que desde siempre se ha sospechado la poca capacidad intelectual del presidente, la comprobación actual no será determinante para la suspensión total de la iniciativa...
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